Ventana Abierta

Una ventana abierta es una posibilidad flotando sutilmente; donde las cortinas son un batir de vientos que salen de las palabras pronunciadas, palabras que son fragilidad de mariposas o aguijones zumbando en la memoria; memoria dañada y escondida tras el temor o la ceguedad de toda un colmena, una jauría, un cardúmen de pequeñas voces frente al muro...



lunes, 23 de noviembre de 2009

"Señoritas, adelante... Ustedes saben que hacer; 
lo que digan o hagan es su responsabilidad...
Por mi parte,
llueven los respetos."


PECADOS DEL MUNDO REAL

Gordas pechos de luna,
rectas saetas a la mirada desvestida
clavando sin consentimiento alguno su lujuria;
fustigadoras redondeces que provocan jadeos despavoridos;
mozuelos hacia el día próximo
huyendo y dejando atrás todo ese amor.
La pasión contenida, a punto de estallar
en forma de mujer de nueva vida,
con enormes cuerpos ondulándose
entre hombrecitos que desafían su poder
y piden sus gracias con un ligero sabor de amor.

Flacas nerviosas con piernas de escalas al cielo
robando besos ansiosos si se lo preguntas,
extrayendo tu vida por la garganta;
de entre los pliegues del pudor arrancando la verdad,
la legítima esencia del porqué están ahí los solitarios
empujando las costillas hasta el cielo;
pidiendo que vuelvan los días de lluvia hasta la boca.
Tienen poseídos todos los huesos y no sabrás lo que ha sucedido.
La pugna sería el rito de la noche al caer la tarde,
algo así como un arrebato de intenciones,
un suspiro con rabias de otras noches que se despiden.

Pequeñas de talle dulce,
cargando con besos de imprevistas cerezas
que se cuelan por la ventana de los descuidos;
suele arder el cielo sobre los tejados del mundo;
como lanzas de arcángeles que te miran, te consienten,
un ultraje al pudor te arranca las delicias
develando un gorjeo al asomarse la piel;
un kamikaze a punto de estrellarse,
un meteoro que cruza el mar de los temores en juego.
Cuidarse del capricho que tejen sus pasos
puede ser una buena estratagema;
un conjuro de versos secretos
que dejarán pedazos de gloria junto al muro,
al otro lado de tu historia y su vida.

Damas que cohíben con libido,
que remontan oraciones de comportamiento privado,
de hazañas que no recuerdan sus manos.
Si para aprender tuvimos que arriesgar,
(hablan los frutos que dejamos caer al suelo),
se arrancará lo que haya de dualidad en el duelo;
con cuerpos como bitácoras adolescentes seduciendo a la prudencia;
sugiriendo ser sigilosos y atrevidos,
seguros al tragarse la dicha del único brindis comulgado.
No habrá lágrimas colgadas en la puerta,
ni misivas filtradas bajo tierra;
solo la piel madura y fresca cambiando de estación.

Vidas que brotan entre los días,
que persiguen tu voz y voto.
Lo que tienes por decirle al sol de la mañana,
lo que te ha robado el cristal del alma que te evidencia;
díselo a ellas que han escuchado
demasiado silencio pasar por sus brazos.

Vidas que pasan frente a la vida, que huyen de sí,
al borde de la premura de los días ralos;
acometen con toda gracia sobre el infierno restante como un juego de arrojo,
un llamado a la puerta.
Vidas obviando las cláusulas de la femeneidad,
volcando la furiosa soledad de sus pasos
bailan el fuego eterno que reclamaron;
permitan las lluvias sanar las heridas
del mundo incauto y breve que las acompaña;
abrázale el beso de la buena noche
que las conduce dignas de cada pétalo;
que con toda el hambre en el alma,
aún persiguen el bello perfume de la felicidad.


2 comentarios:

  1. PERMITAN LA LLUVIA SANAR LAS HERIDAS...

    gran frase, si todo se limpiara ni cicatrices quedarian.

    un abrazo desde la luna

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  2. Aunque creo que la lluvia todo lo limpia; comparto en que hay cicatrices que nos muerden por siempre, pero otras no...
    Un abrazo hasta la luna.

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