Ventana Abierta

Una ventana abierta es una posibilidad flotando sutilmente; donde las cortinas son un batir de vientos que salen de las palabras pronunciadas, palabras que son fragilidad de mariposas o aguijones zumbando en la memoria; memoria dañada y escondida tras el temor o la ceguedad de toda un colmena, una jauría, un cardúmen de pequeñas voces frente al muro...



domingo, 23 de mayo de 2010

El Michael... Entre ángeles y demonios.




Muchas veces uno camina, y camina ensimismado; son muy pocas las ocasiones en que damos cuenta de quienes están a nuestro lado, lo que están haciendo, lo que conversan o simplemente preguntarnos ¿tendrá las mismas preocupaciones, ambiciones, dilemas, esperanzas? Bueno, en una de esas ocasiones, paseando con mi hijo Emilio por el Parque La Bandera, en la comuna de San Ramón, nos topamos con este muchacho, el Michael.
Con 20 años de edad, vive en un mundo maravilloso, en donde todo lo que su mente crea, lo hace tangible con papeles. Conversando mientras construía una especie de dragón, que resultó ser un Digimón (no sé muy bien que significa eso, debe ser algún pariente de algún pokemón), narrándonos la historia de su niñez, muy humilde por lo cierto, en donde la necesidad de tener algo con que jugar lo llevó a desarrollar la habilidad de construir sus propios juguetes en base a papel; claro, trague saliva y se me apretó el pecho, pero luego pensé en lo maravilloso que debe ser crecer con tanta fantasía hecha realidad, tener esa especie de súper poder, capaz de fabricar el juguete que se le antoje y la destreza desarrollada motrízmente hablando. Desde los cinco años aproximadamente, y con un leve daño mental, la necesidad lo convirtió en este mago capaz de fabricar ángeles, demonios, hadas y por supuesto los digimons. Nos cuenta que después de crearlos, los regala o simplemente los rompe, para que la lluvia no los desarme, como una especie de respuesta automática para explicar que no quiere nada con la lluvia.
Suele vérsele caminar incansablemente por la población La Bandera; hacia cualquier parte, con la mirada al horizonte, entornando los ojos como imaginando algún nuevo personaje de papel, siempre sólo. Este muchacho de mirada chispeante y una personalidad encantadora saca mas de una sonrisa y quienes logran conocerlo se van con la emoción palpitante, entre la alegría y la tristeza, entre la rabia de los que están más necesitados y la felicidad de quienes logran convertir su problema en algo tan hermoso con cosas tan sencillas, el papel.

Luis R. Lazcano

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